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viernes, 19 de octubre de 2018

El candil y la candela (Soneto)


No había jugado a amar, pues no sabía,

lo que el alma y la sangre se arriesgaban.
Luego que alguno de ellos me llamara,
sólo esperaba estar en armonía.


Mas un soplo venido desde ultreia,
derrumbó con su roce mi baluarte.
Y a mi alma, sin defensa ni arte,
venció como si fuera nada ella.


El amor es la savia de la vida;
es la candela ardiente y te consume
el aceite que fluye sin medida.


Si no encuentras para vivir motivo,
no respires el aire; amor respira
ayudando a otro candil a estar prendido.

FdPPC de Poeta y aldeano


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