
Amo tan profundamente en el presente y he amado tanto en el pasado que sé cómo puedo amar en el futuro.
No me importa que sea a una mujer como pareja, a un niño, a un anciano o a un enfermo con cáncer, lepra o SIDA. Si una mujer me amase, no me importaría su pasado ni presente; sólo su amor.
Cada vez que me encuentro con alguna persona con necesidad de ser amada, la abrazo; y si me deja, la beso como haga falta.
En la unión de dos que se aman, lo que liga todo lo que constituye y contiene una relación profunda y verdadera –que yo llamo templo- es precisamente el amor. Es el mortero que mantiene unidos todos los componentes de ese sagrado edificio. Sin él, poco a poco y quiérase o no, todo se irá aflojando, se resquebrajará y terminará por derrumbarse. Por lo que siempre deberá mantenerse como primera prioridad. Y no me refiero solamente al amor físico –que bendito sea, además de necesario- sino a todo lo que involucra la vida de ambos, si no se quiere durar, más que vivir.
Advertencia: a los que no hayan tenido una experiencia profunda de amor, alguna de las cosas que se describen aquí, puede que les resulte extraña. Pero nada hay más cierto y concreto que el amor verdadero; lo único real.
En una pareja sinceramenteengendrada, bien cimentada y donde se halle establecido el amor verdadero, las diferencias y los problemas existen, pero también subsiste una voluntad férrea de aceptarlas y solucionarlos como consecuencia de la necesidad de seguir amándose con verdad; porque el premio es mucho más grande que el precio.
El amor verdadero es indefinible. Se lo podrá describir con pobres o ricas palabras y expresiones, todas subjetivas, pero nunca cabrá en una definición que lo encorsete.
Pobres son las siguientes palabras que tratan de ser impregnadas con la esencia del amor. Que cada uno plasme sus sentimientos en base a su propia experiencia; no con figuras literarias vacías o rancias.
El amor verdadero no es sólo una gran estimación por una persona; es una necesidad irrefrenable de contribuir a que el otro sea feliz; en todos los planos de la existencia y sin intención ninguna de satisfacer los intereses propios.
El amor profundo y verdadero no está exento de altibajos que se reflejen en el plano emocional. Naturalmente, serán muchas las ocasiones en que las circunstancias de la vida abrumen a los que se aman. Es entonces cuando esa voluntad de que la intensidad de su amor no mengüe es lo que hará que los picos y valles se suavicen y redunde en estabilidad en su relación. Ello generará seguridad y confianza en su futuro.
Esta estabilidad, originada en el ejercicio de la voluntad de permanecer en el amor, es lo que genera a la vez protección para la relación de pareja y al mismo tiempo va elevando su ‘calidad’ y desprendiéndose de lo superfluo para ella.
Pero ¿Cómo explicarlo o describirlo?
Es encontrar en los ojos de la amada, el océano de felicidad que yo me había creado desde niño.
Es sentirme océano; aquel océano donde mi yo es el mismo que el de mi amada.Es sentirme un instrumento que toca la sinfonía del sentido de la existencia; y mi amada es otro que interpreta el contrapunto del mismo movimiento de esa sinfonía.
Es existir realmente fuera de todo tiempo y espacio, pero donde todo contiene vida, todo contiene belleza, todo contiene bondad y todo está contenido en esa palabra que no suena ni hace falta pronunciarla para percibir su significado que nos envuelve: amor.
Es perder cualquier vestigio de mi ego, sintiéndome sumergido en su ser; en el Ser.
Es no volver a tener miedo de la vida.
Es permitir que lo que surja del corazón -nacido libre- gane la batalla contra el intelecto, eterno esclavo.
Es sentir que no hay ansia de gustar el propio placer, sino de provocar el placer en el ser amado, llenándome con su felicidad.
El amor perdura si se respeta el mutuo compromiso, se cultiva la atracción del otro y se celebra la intimidad con el otro, que termina por ser una sola.
El amor es como el árbol, compuesto de los dos; que debemos cuidar para que crezca armoniosamente y no sea vulnerable a las emociones extrañas que son como las plagas; para lo cual, de vez en cuando hay que rociarlo con las bases primordiales comunes a ambos, que brotaron cuando –después del enamoramiento- se plantó el amor: atracción, emoción, admiración, pasión, compromiso, etc. y las actuales -que nunca deben faltar: la ternura, las caricias, el placer estético gozado en común, la renovación del íntimo deseo de hacer feliz al otro, antes que a sí mismo, etc. El amor es como un huerto donde se cultiva la vida; hay que labrarlo, regarlo y abonarlo continuamente para que produzca buenas hortalizas y legumbres.
El amor es como cuando uno de los dos está atravesando alguna grave crisis o momentos de angustia o sufrimiento y el otro corre a auxiliarlo; sin que se lo pida el uno; prestándole todo su apoyo, comprensión, consuelo y fortaleza. Ya que se tienen el uno para el otro y algunas veces pareciera que están ellos solos en el mundo.
El amor verdadero incluye incondicionalidad; pero no la que surge de un acto voluntarista nacido en el intelecto racional, sino la que brota desde las mismas raíces de las que nace ese amor. La incondicionalidad –por tanto- no necesita renovación del intelecto, sólo la atención del corazón.
El amor verdadero está construido sobre la sinceridad absoluta de cada uno para consigo mismo y para el otro; imprescindible para generar confianza sin sobresaltos, la cual produce estabilidad que conduce a la permanencia. Importante es darse cuenta de que cuando la sinceridad -con uno mismo y con el que se ama- es absoluta, el corazón es valiente y fuerte para soportar los embates de cualquier índole; incluidos las tentaciones de la infidelidad.
Es cuando ambos pierden consciencia de todo lo que los rodea y sólo tienen consciencia de ellos mismos.
Es la realidad existencial de transformarse en UNO.
Es la paradoja de un lugar y un momento, en que no hay espacio ni tiempo.
Es el infinito interno que experimentan los que se aman, cuando sienten que la felicidad no cabe en sí mismos.
En definitiva, es cuando recuperan el ser y existir en el Paraíso perdido.
Hay quienes dejan pasar o incluso morir el amor porque tienen miedo a perder su libertad. Ya que como nunca han tenido una experiencia tan profunda de amor verdadero, no saben todavía que cuando se ama así, no se tiene la sensación de perder aquella libertad -que es más estar perdido que otra cosa; más bien cada uno desea estar prendido a quien se ama. No, estar libresen medio de la nada.
El amor verdadero se vive en el presente, claro; pero también necesita proyectarse en el futuro mediante una intención común de vida futura. Su instinto de conservación así lo requiere, es natural.
Pero cuando dos se aman, no se puede hablar de pareja solamente a futuro como si se tratara de una commodity o Bonos del Estado. Porque la pareja como tal, no puede existir a futuro. Este futurible es una figura del Mercado Financiero.
La pareja es esencialmente presente y como tal se vive sólo en el ahora; esté ya constituida o en proyecto. Puede haber existido la pareja en el pasado; pero ya que el futuro no existe todavía, debe realizarse en el presente. Sólo una volición, o un contrato, un acuerdo, etc. sobre la pareja, puede relacionarse con el futuro. Pero ello es puramente virtual; lo real es lo del ahora. Y si el ahora no existe como pareja, la pareja no existe como tal.
Ya lo dijo con belleza el de Fontiveros:
…mira que la dolencia
de amor, que no se cura
sino con la presencia y la figura.
Así que no hay que dejar para el futuro lo que se debe hacer hoy; verse, mirarse, hablarse, besarse, amarse, tocarse hoy; a menudo. Ser pareja hoy. Como se pueda, pero empeñarse en ser pareja.
Si la pareja, ya funcionando o quienes tienen intención de formarla, no ponen esa intención y atención como prioritarias en su escala de valores, será imposible que consigan la solidez necesaria para que dure. Una relación de pareja profunda, sincera y que esté proyectada en el futuro conjunto de los dos, es algo de la mayor importancia, del mayor valor y por lo tanto cuesta; se debe pagar un precio. No servirá dedicarle part-time; debe ser full-time. Lo que esto significa es que el amor entre ambos, el entusiasmo, la pasión y la proximidad estén siempre en el primer plano de la consciencia de ambos integrantes de la pareja. Se la condenará a muerte si se dejan descuidados o relegados a segundo plano. Esto significa simplemente que no importa que a veces no se pueda estar juntos físicamente por los motivos que sean, sino que el ánimo y la voluntad de los que dicen amarse, siempre esté dirigido hacia el objeto de su amor; aunque no se le pueda dar todo el tiempo que se quisiera.
He prestado mucha atención y observo que hay muchas personas tocan más las pantallas (móviles, tabletas, etc.,), que la piel de quienes aman.
Muy frecuentemente, en lugar de enamorarse más, en lo que se ocupan los que dicen amarse es en pensar mal del otro, en forjar dudas y sospechas, en imaginar o realizar infidelidades, en añorar o reivindicar libertades, en citar frases ajenas, que suenan bien pero que no representan lo que el que las formula tiene en su interior.
Algunas consideraciones adicionales
La diferencia de edades no puede pasarse por alto. Y se debe reflexionar antes, incluso, del enamoramiento; en cuanto se empiecen a percibir las primeras atracciones.
No es fácil, pero puede ser catastrófico si no se tienen claras convicciones, creencias, posibilidades de diversa índole. Las de uno y ciertas condiciones del otro. Se debe tener en cuenta la diferencia en años, también la diferencia en edad biológica, madurez espiritual, inclinaciones, formación no tanto profesional como ético-moral, estética, el nivel de cultura, entendida como el patrimonio personal de instrucción, educación, formación, etc., son importantes siempre en el éxito de la pareja y su proyección en el tiempo.
No se trata de hacer un planteamiento analítico exhaustivo.
Pero es imprescindible un cierto grado de conocimiento recíproco, adquirido en el vivir cotidiano de variadas circunstancias y durante un tiempo razonable, para evitar sorpresas, al menos las muy desagradables que podrían quedar ocultas.
Las afirmaciones verbales o escritas no demuestran realmente cuál será la actitud, respuesta o comportamiento cuando se den en la pareja acontecimientos externos a ella o choques entre los que decidan vivir en pareja seria y duraderamente.
Las afirmaciones verbales o escritas no demuestran realmente cuál será la actitud, respuesta o comportamiento cuando se den en la pareja acontecimientos externos a ella o choques entre los que decidan vivir en pareja seria y duraderamente.
Se pueden salvar los espacios entre niveles; sólo basta con que el más avanzado tiende su mano al otro y que el menos avanzado decida cogérsela. El amor hará el resto.
Cuando se note que la frecuencia de los encuentros se estira, el trato íntimo va siendo menos tierno, no se habla tanto como antes de proyectos en común, etc., es señal inequívoca de que el amor, si alguna vez existió, se está muriendo. Así dicho; sin anestesia.
Si no se dan ciertas condiciones de grandeza humana y compromiso en el amor, tarde o temprano el componente más joven de la pareja se sentirá inclinado a simpatizar, confraternizar, un poco en exceso, con congéneres del sexo opuesto más cercanos en años, aunque nonecesariamente en madurez psíquica o espiritual.
Cuando el mayor empieza a darse cuenta de que el más joven mira con frecuencia y fijeza a los de su edad y sexo contrario, es probable que el amor se haya acabado; o no haya existido nunca.
Otro síntoma es cuando uno de los dos, comienza a llevar las relaciones a su manera y con sus justificaciones, creyendo que el otro debe resignarse.
En realidad la vida es corta… pero el camino nos parece largo.
Urge tomarse algún instante para meditar en el amor.
Para darse cuenta de qué es el verdadero, profundo y comprometido amor.
Porque el amor es lo que más hace feliz al ser humano. Pero no todos se dan cuenta de ello.
Urge tomarse algún instante para meditar en el amor.
Para darse cuenta de qué es el verdadero, profundo y comprometido amor.
Porque el amor es lo que más hace feliz al ser humano. Pero no todos se dan cuenta de ello.
FdePPC de Cartas del Edén
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